La cercanía de la Pascua de resurrección nos hace pensar en una asociación inevitable entre esta festividad cristiana y el chocolate. Los regalos de huevos o conejos de chocolate que simbolizan la esperanza, la vida y la fertilidad son una antigua tradición europea que, al trasladarse a muchos países del Nuevo Mundo, ha devuelto otra versión del chocolate a sus orígenes americanos.
¿Qué es el chocolate?
El vocablo chocolate proviene de xococ (agrio) y atl (agua) en lengua náhuatl (azteca). En Mesoamérica era la bebida de dioses y nobles que, luego de la conquista, se expandió con gran éxito en el resto del mundo.
El chocolate es un alimento complejo, con gran variedad de sabores, aromas y texturas. El ingrediente básico del chocolate es el cacao, el cual, puro y sin mezclar con azúcares, tiene componentes muy beneficiosos para el organismo. Es una fuente rica en flavonoides, con efectos cardioprotectores y propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Cada tipo de chocolate está determinado por diferentes factores que impactan en su sabor, aroma, aspecto, untuosidad y textura, por ejemplo, el contenido de cacao, el tipo de grano utilizado, su terroir, la fermentación, el procesamiento, la cantidad de grasa (manteca de cacao) y de taninos.
Similitud entre vino y chocolate
Al igual que al chocolate, también se atribuyen beneficios para la salud al consumo moderado de vino, en especial el tinto. Asimismo, el vino tiene una rica variedad de sabores y aromas que dependen de su terroir, fermentación y procesamiento, entre otros factores. Ambos poseen taninos, acidez, dulzor y son productos que posibilitan catas muy interesantes.
Maridaje de vino y chocolate
El maridaje entre ambos productos ha sido controversial por mucho tiempo, sin embargo, puede realizarse con éxito, ya sea por complemento o por contraste. No todo vino combina bien con cualquier tipo de chocolate. Como regla general, el dulzor del vino debe ser igual o mayor que el del chocolate para que no resalte su amargor. Hay que considerar la intensidad de ambos productos ya que, si queremos combinar un vino muy potente con un chocolate de sabor muy delicado, este último pasará desapercibido. El mismo problema se da en el caso contrario, con un vino suave y un chocolate intenso.
Si deseas apreciar mejor las sensaciones al ensayar este singular maridaje, trata de involucrar los cinco sentidos. Cuando degustes varios chocolates a la vez, comienza con el más suave y termina con el de mayor concentración de cacao.
En la degustación propiamente dicha, coloca un trozo de chocolate en la lengua y deja que se derrita. Presta atención a las cualidades de acidez, astringencia, amargor, así como al retrogusto. Luego toma un sorbo de vino y remuévelo en la boca. Siente su cuerpo y sus sabores. Fíjate si la combinación de ambos te resulta agradable, si los sabores armonizan, se destacan, se potencian o se anulan.
Seguidamente te proponemos algunas opciones de maridaje para distintos tipos de chocolate. Los que incorporan otros ingredientes, frutos secos, menta, frutos rojos, etc. requieren otras consideraciones.
Chocolate blanco
Es manteca de cacao con azúcar y sólidos de leche y se caracteriza por su dulzura, alto contenido de grasa y untuosidad. Combina con vinos blancos frescos, afrutados y dulces como el Riesling, moscateles dulces o Chardonnay, que aportan un toque de acidez para cortar la grasa del chocolate.
Chocolate con leche
Con un 60% de manteca de cacao y grasa de leche presentes en este chocolate, hace falta un vino con acidez y un tanino suave para barrerlas y equilibrarlas. Los vinos Merlot y Pinot Noir de sabor suave y afrutado ayudan a equilibrar su dulzor.
Chocolate con 50% a 70% de cacao
Una buena armonización la puede dar un Cabernet Sauvignon, un Pinot Noir u otro tinto de cuerpo medio y con cierto toque de madera.
Chocolate con 70% a 100% de cacao
El chocolate negro de un 70% de cacao armoniza con un vino tostado y con cuerpo, como los Bordeaux, Shiraz, Malbec, Zinfandel o Merlot. A medida que aumenta la intensidad del chocolate, algunos de estos vinos podrían generar mayor amargor, por lo que se aconseja un maridaje por contraste con un Oporto semidulce o dulce, por ejemplo. Los vinos fortificados, con mayor concentración de alcohol y dulzor compensan bien la intensidad del cacao.
Pruébalos juntos
La mejor recomendación es que ensayes las distintas combinaciones de vino y chocolate y descubras una nueva forma de deleitarte con ambos productos a la vez.