Portugal es un paraíso para los amantes del vino, un país donde la rica herencia vinícola se entreteje con impresionantes paisajes y una cultura viva. Desde el legendario Valle del Douro hasta la exuberante isla de Madeira, cada región ofrece un vistazo a la diversidad y la riqueza de los vinos portugueses.
Acompáñanos en este recorrido por las rutas de vino más emblemáticas de Portugal, donde cada copa de vino cuenta una historia única.
Oporto y las prestigiosas bodegas de Vila Nova de Gaia
Nuestro viaje comienza en Oporto, la ciudad que dio nombre al mundialmente famoso vino de Oporto. Aquí, en la vibrante orilla del Duero, el casco antiguo resuena con la historia del comercio de vinos.
Al cruzar el puente Dom Luís I hacia Vila Nova de Gaia, encontrarás las históricas bodegas donde envejecen los vinos de Oporto en barricas de roble. Desde el robusto Ruby hasta el complejo Tawny, descubre la diversidad del Oporto mientras disfrutas de las vistas panorámicas del río.
No te pierdas el museo del vino WOW, donde la historia del vino se cuenta de manera interactiva luego de degustar un exquisito almuerzo en uno de los reconocidos restaurantes de la zona con maravillosas vistas.
Valle del Douro: el corazón de la viticultura portuguesa
Siguiendo el curso del Duero, se llega al impresionante Valle del Douro, donde las terrazas de viñedos, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se alzan majestuosamente sobre el río.
Esta región es el santuario de las uvas Touriga Nacional, Touriga Franca y Tinta Barroca, utilizadas para producir no solo el Oporto sino también excelentes vinos de mesa.
Un paseo en barco desde Pinhao o una visita a las quintas te sumergirá en un paisaje de ensueño y te permitirá degustar directamente de la fuente.
Vinho Verde: la frescura del Minho
En el norte de Portugal, la región de Minho, hogar del Vinho Verde, es conocida por su paisaje verde y su clima húmedo.
Aquí, las uvas Alvarinho y Loureiro dan vida a vinos vivaces y refrescantes, a menudo con un toque de efervescencia. Estos vinos, con su frescura y ligereza, reflejan la esencia del paisaje verde portugués.
Alentejo: la tierra de los horizontes amplios
Alentejo, con sus extensos viñedos y olivares que pintan un paisaje de tranquilidad y belleza serena, es una región donde las ciudades históricas como Évora, con su rica arquitectura y reconocimiento de la UNESCO, ofrecen un complemento cultural perfecto para la experiencia vinícola.
Aquí, las uvas Aragonez (conocida como Tempranillo en España) y Alicante Bouschet producen vinos tintos que son tan generosos y cálidos como el sol de Alentejo.
Lisboa y Setúbal: diversidad en la costa
La región de Lisboa, que equilibra la modernidad de la capital con las tradiciones de las zonas vinícolas circundantes, es una tierra de contrastes.
El Moscatel de Setúbal, dulce y perfumado, es una verdadera joya que se saborea mejor en su lugar de origen, ofreciendo un dulce contrapunto a los vigorosos tintos de la región.
Madeira: un vino nacido del volcán
Madeira es un archipiélago volcánico donde el vino homónimo, con su profundidad y riqueza, es un testimonio de la singularidad de su terruño.
Las uvas Malvasia y Bual, cultivadas en suelos volcánicos y beneficiadas del singular proceso de «estufagem», crean vinos fortificados que son tesoro de la isla.
La capital, Funchal, es el punto de partida ideal para descubrir estos vinos con historias que se remontan a la era de los exploradores.
Viavinum: tu compañero de viaje
En Viavinum, te acompañamos en este viaje sensorial a través de Portugal. Con recorridos personalizados, catas de vino y visitas culturales, te sumergimos en la esencia de cada región. Ya sea caminando por las antiguas bodegas de Oporto, descubriendo el Valle de Douro o explorando las quintas centenarias de Madeira. Te aseguramos una experiencia que va más allá del vino: es un viaje al alma de Portugal.
Planifica tu aventura enoturística con nosotros y descubre por qué Portugal es mucho más que un destino vinícola; es un país que se saborea con todos los sentidos.