Italia es un país que lo tiene todo: un patrimonio paisajístico, histórico, artístico, gastronómico y vitivinícola incomparable. Con más de 400 variedades de uva y más de 800 productos agroalimentarios y vinícolas con indicación geográfica, es el mayor productor mundial de vino y el destino enoturístico por excelencia.
Además del viaje sensorial de sabores y aromas únicos que ofrece cada región en sus viñedos, bodegas y experiencias enogastonómicas, puedes gozar de una infinidad de vivencias inolvidables, tanto para enriquecer tu espíritu y tu cultura como para disfrutar de la buena mesa.
Aquí debajo un breve viaje por las maravillas de algunas regiones italianas y sus vinos más emblemáticos:
Toscana
Toscana es una de las regiones más bellas de Italia que hace gala de un idílico paisaje de suaves colinas salpicadas de viñedos, olivos y cipreses. Es uno de los destinos más buscados para vacaciones románticas. Su clima y su suelo arcilloso favorecen el cultivo de la uva Sangiovese, la base del Chianti. Es el vino toscano más emblemático. En sus rutas puedes disfrutar otros famosos vinos como el Brunello di Montalcino y el Vino Nobile di Montepulciano.
Toscana también es un tesoro en arte, cultura, arquitectura e historia. Cuna del Renacimiento, alberga ciudades como Florencia con su magnífica catedral de Santa María del Fiore y la Galería de los Uffizi, Siena con su pintoresca Piazza del Campo y su catedral, Pisa con su famosa torre inclinada, Lucca y sus legendarias murallas, y una San Gimignano de película. En la Toscana te aguardan las obras maestras de Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Botticelli o Brunelleschi entre tantos otros. Como si fuera poco, la región ofrece una sabrosa gastronomía con productos de primera calidad: el aceite de oliva, el queso pecorino o la carne a la brasa.
Piamonte
Piamonte es una región reconocida por su refinada cocina y sus vinos. En la región vinícola del Langhe, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se producen los mejores vinos tintos italianos, con las denominaciones Barolo y Barbaresco. La región goza del mejor clima para cultivar la delicada uva Nebbiolo, que da lugar a vinos complejos, elegantes y con gran capacidad de envejecimiento, a la altura de su gastronomía basada en productos como el queso, la trufa, el chocolate o las avellanas.
Al pie de los Alpes italianos, con su bello Parque Nacional del Gran Paradiso, Piamonte ofrece bellezas naturales sin igual, donde puedes aventurarte en bicicleta y hasta en globo aerostático. Pero también ostenta un patrimonio histórico y cultural de gran valor en ciudades como Turín, Alba y Asti.
Emilia-Romaña
La tierra de Parmigiano Reggiano es una de las distinguidas regiones italianas donde nació el vino Lambrusco en época etrusca. Gracias a los antiguos conocimientos y a la fertilidad de su tierra produce vinos de alta calidad.
Emilia-Romaña es un gran destino gourmet por sus sabrosos platos de carne, la salsa a la boloñesa, el prosciutto, el aceto balsámico y el mejor parmesano del mundo.
Si eres fan de los automóviles italianos, recuerda que Ferrari tiene su sede en Maranello, provincia de Módena, y el Museo Lamborghini, en Sant’Agata Bolognese.
Véneto
En el noreste de Italia, desde los montes Dolomitas hasta Venecia y el Adriático, el Véneto goza de diferentes microclimas que permiten cultivar muchas variedades de uva, dando lugar a vinos de gran calidad. Es el hogar del prestigioso tinto Amarone, un vino intenso y potente elaborado con uvas pasificadas, del Soave, un blanco seco y afrutado, y del Prosecco, el espumoso más célebre de Italia.
En cuanto a actividades al aire libre, recomendamos el Lago de Garda y las excursiones en las montañas circundantes. Si prefieres recorrer ciudades románticas, en Verona te esperan su monumental Arena. Es el anfiteatro romano más grande del mundo después del Coliseo. Es la sede de impresionantes óperas y conciertos, su centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y hasta la mítica casa de Julieta. Verona también está rodeada de viñedos, que producen apreciados vinos como el Valpolicella, ideal para maridar con el risotto, la polenta o el queso Monte Veronese.
Liguria
Liguria está situada al noroeste de Italia con un paisaje de montañas que se asoman al mar Liguria, creando acantilados, calas y playas. Posée con lugares tan bellos y pintorescos como Portofino, Portovenere y Cinque Terre. Es una región con una gran tradición marinera y cultural. En Génova, La Spezia o Savona se pueden visitar interesantes museos, palacios y monumentos históricos.
Su clima templado y húmedo favorece el cultivo de uvas blancas como Vermentino, Pigato o Bianchetta. Los vinos ligures son frescos, ligeros y aromáticos, ideales para acompañar los platillos de productos del mar. Allí es ineludible probar el característico pesto, una perfumada salsa de albahaca, aceite de oliva, piñones y queso.
Sicilia
Sicilia es la isla más grande del Mediterráneo que ha sido habitada por fenicios, griegos, romanos, árabes, normandos y españoles, entre otros. Su territorio volcánico y fértil produce vinos desde la época de los colonos griegos. En sus rutas se pueden combinar experiencias tan eclécticas como pasearse por playas glamorosas, admirar templos antiguos y construcciones barrocas, hacer excursiones al volcán Etna, y recorrer ciudades históricas como Palermo, Taormina, Messina y Siracusa con su Isla Ortigia.
Sicilia conquistó gran fama vinícola gracias al vino dulce Marsala. Es un fortificado al estilo de los vinos de Jerez y Oporto, aunque la variedad más reconocida actualmente es la Nero d’Avola, acompañada de las Frappato, Grillo, Malvasia delle Lipari y Moscato di Panteleria. No obstante, el vino más excepcional de Sicilia es el vino del Etna. Los territorios volcánicos generan vinos casi únicos en el mundo. Maridarlos con la gastronomía siciliana es transportarse a las civilizaciones que la habitaron y enriquecieron a lo largo de los siglos.
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